jueves, 5 de abril de 2007

Meditación de Semana Santa

"Compelle me intrare". Hazme Señor entrar de lleno, con cariño, con deseo, con ánimo generoso y con corazón rendido, en la meditación de tu pasión santísima, para que saque el fruto que tu quieres, y que yo te pido sacar, y conmigo las almas que dependen de mi oración y de mi apostolado.
Cor Mariae, unitum Cordi Christi...Corazón de María unido al Corazón de Cristo. Madre admirable,que ganas los corazones para llevarlos a Jesús, "compelle nos intrare". Haznos entrar en la oración y por la oración en el Corazón de Jesús.


¿Que mejor manera de vivir este tiempo? Renovamos la fe, la esperanza, la caridad. Esta es la fuente del espíritu de penitencia, del deseo de purificación. Este tiempo de Pasión no es solo una ocasión para intensificar nuestras prácticas externas de mortificación: si pensásemos que es solo eso, se nos escaparía su hondo sentido en la vida cristiana, por que esos actos externos son fruto de la fe, de la esperanza y del amor.


¿Avanzo en mi fidelidad a Cristo? ¿En deseos de Santidad? ¿En generosidad apostólica en mi vida diaria, en mi trabajo ordinario, entre mis compañeros de profesión?
La conversión es cosa de un instante: la santificación es tarea para toda la vida.
La semilla divina de la caridad, que Dios ha puesto en nuestras almas aspira a crecer, a manifestarse en obras, a dar frutos que respondan en cada momento a lo que es agradable al Señor.

Os exhortamos a no recibir en vano la gracia de Dios. Por que la gracia divina podrá llenar nuestras almas en este tiempo de Pasión, siempre que no cerremos las puertas del corazón. Hemos de tener estas buenas disposiciones, el deseo de transformarnos de verdad, de no "jugar" con la gracia de Dios.

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